¿Es la obesidad contagiosa?
¿Es posible que los circulos sociales te hagan engordar? En “Low-Carb for You” han publicado una entrada llamada “Is Obesity Contagious?“ que paso a traducir íntegramente a continuación. La conclusión es interesante.
¿Es la obesidad contagiosa?
ETS, un resfriado común y el sarampión son ejemplos de enfermedades que se sabe que son contagiosas. Un artículo reciente en el PLoS Computational Biology describe otra condición médica que es contagiosa: la obesidad.
Obviamente la obesidad no es comúnmente considerada como una condición que se pueda transmitir. Quizás si crees que debes alimentar un resfriado o dejar morir de hambre una fiebre creas que puede haber algún elemento contagioso en la obesidad… pero eso es suponer mucho.
Sin embargo uno de los autores del artículo del PLoS, Nicholas A. Christakis a observado en un reciente artículo en el New England Journal of Medicine que los miembros del “Offspring Cohort of the Framingham Heart Study” tenían un 54% más de posibilidades de ser obesos si tenían un amigo que se hubiese convertido en obeso en un cierto intervalo de tiempo.
La obesidad y las redes sociales y sus colegas mostraron el fenómeno de la propagación de la obesidad de persona a persona en un gráfico que puede ser visto aquí. Mientras que la obesidad de los hermanos y de los cónyuges tuvieron su efecto en la obesidad de los participantes del Offspring Cohort, el vínculo social más fuerte para la transmisión de la obesidad fue la amistad mutua. Es interesante mencionar que la separación geográfica no reduce este fenómeno.
Un modelo infeccioso de la obesidad.
En 1971 la obesidad del “Offspring Cohort of the Framingham Heart Study” era del 14%. En el año 2001 ya era del 29% y ha continuado aumentando. (La obesidad fue definida como un IMC de 30 o más). En el 2010 en el artículo del PLoS “Infectious Disease Modeling of Social Contagion in Networks“, Hill y sus colaboradores recopilaron información de 7500 miembros del Offspring Cohort y la usaron para formular un modelo de enfermedad infecciosa de la obesidad a la que llamaron SISa.
Tal como se ha descrito en el modelo SISa la ecuación para la infección de la obesidad incluye un factor de aparición espontanea. Un porcentaje de las personas se convertirán espontáneamente o automáticamente en obesos en un año en particular. En el Offspring Cohort la tasa de obesidad espontánea empezó siendo del 0.8% en 1971 para aumentar hasta el 1.9% en el 2001.
El modelo también incluye un factor de remisión que describe el porcentaje de personas que pasaran de ser obesos a tener un IMC inferior a 30. Este factor de remisión ha permanecido inalterado durante más de 30 años siendo de alrededor del 4% anual.
Finalmente el modelo incluye una tasa de transmisión interpersonal. Esta tasa aumenta con los años, de 0.12% por cada amigo obeso en 1971 a 0.5% por cada amigo obeso en el 2001. En otras palabras: si un miembro del Offspring Cohort tiene más de cuatro amigos obesos entonces tiene una mayor probabilidad de convertirse en obeso en el próximo año.
Transmisión de la obesidad.
En una nueva historia publicada en Science Daily la doctora Hill especuló que la obesidad no achacable a la “transmisión social” puede ser debido a alimentos poco saludables y a un incremento del sedentarismo como estilo de vida. (Ella no descartó causas dieteticas relacionadas al consumo de HFCS –jarabe de maíz–, aceites industriales o granos). Para el Offspring Cohort la tasa de transmisión no-social parece haberse estabilizado en el 2%. Sin embargo la transmisión de la obesidad por los círculos sociales sigue aumentando y tiene serios e interesantes aspectos.
Parece ser que cuantos más amigos obesos tenga una persona, más probabilidades tiene esa persona de convertirse en obeso. Es el número absoluto de amigos obesos el que importa, no el porcentaje de amigos que lo son. Por el contrario el número de amigos con un peso normal parece no tener ningún efecto en la habilidad de la persona en evitar la obesidad o para recuperarse si llega a engordar.
Los autores especulan que el aumento de la prevalencia de la obesidad ofrece un mecanismo de retroalimentación positiva. Las personas cuantos más amigos obesos tengan más inclinados estarán a pensar que la obesidad es “normal”. Cuando ellos mismos empiecen a ganar peso pueden llegar a no ver razón alguna para evitar el incremento de peso debido a que varias personas que conocen y respetan llevan un sobrepeso.
Intervención.
Si vivimos en una sociedad que se está volviendo más y más obesa y queremos mantener o conseguir un peso normal ¿debemos evitar hacer migas con gente obesa? Obviamente no. Tal vez sea suficiente con saber que el tener amigos obesos nos puede influenciar sutilmente para hacernos creer que la obesidad es normal o incluso necesaria para poder encajar con nuestros semejantes. Con cierta cantidad de esfuerzo tal vez podamos aprender a aceptar a los amigos obesos sin comprometer nuestro propio camino en busca de la vida sana.